25.5.15

El momento del realismo ciudadano

Enhorabuena a los premiados, gracias a las nuevas formaciones y respetuosos saludos a la vieja política, pues ahí sigue agonizando por encima de los vivos.

Tras las elecciones de ayer, a lo largo de estos días se harán una gran cantidad de análisis sobre qué significan los resultados y qué es lo que la ciudadanía demanda a la luz de los votos emitidos. Muchos acertarán y muchos fallarán, y probablemente un mismo análisis cumpla estas dos premisas al mismo tiempo en función del receptor de la información.

Lo positivo y negativo de estas elecciones es que el bipartidismo ha perdido su hegemonía, que no su poder como fuerza política pues en pocas ciudades (Barcelona, Madrid y algunas gallegas) las candidaturas de unidad popular han conseguido ser la lista más votada o la segunda con posibilidad de disputar la gobernabilidad mediante pactos.

El PP consigue ser la primera fuerza política en muchas ciudades y autonomías, parece ser que la ciudadanía no ha castigado suficientemente la red de corrupción creada en diversas zonas de España. Esto se explica con la concepción hoy en día de la política como un show muy similar al fútbol, donde las ideologías desaparecen para dar paso a un equipo que defiende unas políticas concretas y si juega mal, es por culpa bien del entrenador o de pocos jugadores, no del equipo entero, aunque hasta el que trae las toallas haya robado un par de millones y viaje más a suiza que cualquier ciudadano medio.

El PSOE ha caído en alguna ciudad importante como es Madrid o Barcelona, allí donde la unión popular ha tenido un gran éxito, pero se ha mantenido como segunda fuerza, o incluso como primera, en otras tantas ciudades y comunidades autónomas, como Sevilla o Asturias y Extremadura. Muchos periodistas califican los resultados de estas elecciones como un giro a la izquierda. Imagino que todo dependerá desde donde partas en el espectro político, porque comparando al PSOE con Alianza Popular pues sí se trataría un giro a la izquierda. En cambio si partes con lo que ideológicamente se ha identificado como izquierda en la tradición política, PSOE sería un partido socialmente de izquierdas pero económicamente neonotantocomoelPPperocasiliberal. Es decir, un PP pero sin quemar homosexuales o a madres abortistas. Los matices están ahí, pero se confunden en cuanto te quitas las gafas y miras a través del euro.

Y por último, las candidaturas de unidad popular impulsadas por Podemos  o este mismo partido en las autonomías, partiendo de la nada han conseguido un resultado excelente, máxime en A Coruña, Madrid, Barcelona o Cádiz. En estas ciudades sí ha triunfado el cambio, la gente ha superado el miedo a lo nuevo y ha confiado su futuro próximo en formaciones integradas por personas procedentes de diferentes esferas de la izquierda. Sin embargo en muchos otros sitios, para un ciudadano cualquier como yo, no se han cumplido las expectativas. Siendo realista, con los datos en la mano la ciudadanía o la gente no apoya el cambio (de momento) y siguen prefiriendo formaciones tradicionales a Venezuela o a ETA, como dirían los medios de desinformación capitalistas.

Esto no es una gran noticia, a pesar de que los resultados son buenos para una formación nueva pero se han quedado en la orilla si escuchamos las expectativas generadas y anunciadas. Sus líderes analizaron de manera certera el origen de la crisis y señalaron con precisión milimétrica a sus culpables, sin embargo creo que se han excedido en soberbia y prepotencia en sus mítines con "la ilusión, la gente, el cambio" porque no se ha trasladado con igual magnitud esa emoción ciudadana que proclamaban en votos y concejales. Pero también coincido en que para conseguir la luna hay que subirse al tejado y no a una butaca, por utópico que sea ésto.

Pero sí tenemos que estar contentos porque gente nueva, aire fresco entra en las instituciones y pueden demostrar que otra forma de hacer política es posible y puede ser eficaz. Ahora vamos a ver si la unión popular es capaz de convencer con sus medidas de que el cambio es realizable, que hay determinados aspectos de la política cuya eficiencia no puede ser medida solo con los parámetros económicos, como bien decía Jose Manuel López, candidato de Podemos a la Comunidad de Madrid. La semilla está plantada, ahora queda un semestre antes de las generales para que las políticas inmediatas den sus frutos y convenzan, pues solo así se conseguirá un cambio ideológico.

Es el momento de los pactos y ahí se verá la madurez política de las formaciones nuevas y la madurez de los ciudadanos. Podemos lleva criticando al bipartidismo desde su nacimiento aunque últimamente haya centrado su discurso en atacar al PP y olvidarse un poco del PSOE, supongo que en vistas a que en muchos municipios y comunidades tendrían que pactar con ellos para que la derecha más derecha no consiga gobernar.

A esto me refiero con el realismo ciudadano. Hay que estar conectados con la realidad y la realidad es que el cambio acaba de nacer pero aún no ha aprendido a caminar, y para aprender necesitamos ir de la mano. Presumiblemente Podemos pactará con el PSOE en aquellas autonomías o municipios en los que su suma supera a una posible coalición de derechas PP+ C's. Podríamos decir que va a traicionar sus ideales o a sus votantes, pero nosotros debemos entender que para ganar apoyo hay que convencer y permitir que gobierne la derecha supondría un gran varapalo para la gente, como ellos dicen. Debemos comprender que Podemos y PSOE están destinados a entenderse y que Podemos, con transparencia y explicando detenidamente sus medidas, tendrá que convencer a sus votantes por qué son necesarias estas coaliciones. En política no es todo blanco o negro, es una gama muy amplia de grises y Podemos debe pintarlo de morado y los ciudadanos dejar a un lado la ortodoxia para meternos en la realidad del día a día de la política, donde de verdad se pueden inclinar las decisiones para beneficiar a la mayoría social. Cerrándose en banda es donde no se consigue nada.

Los ciudadanos entran en las instituciones y su actividad política concreta deparará si el cambio se produce o no en las generales. El camino se presenta interesante, hay que caminarlo juntos.

La democracia no es aquello que vemos en el telediario, es la implicación activa de la ciudadanía en su propio futuro. Salud, república y unidad popular.

MFV

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