7.4.10

Triste, solo y desafinado

Cuerdas rotas de una guitarra,
armonizan mi dulce mañana,
en un cielo lleno de nubes,
con demasiada lluvia que llorar.

Ciego me he quedado
en un mundo de estrellas sin luces,
ahogado en un río sin peces
que no sabe donde desembocar.

Salí a buscar en las farolas
cristales de espejos sin reflejo,
sin lágrimas que debí derramar
en las aguas turbias del mes de abril.

Otoños sin hojas que arrojar
y veranos que dejan el corazón helado,
primaveras que no parecen llegar
tras inviernos sin nieve en mi tejado.

La vida siempre suena bien al pensar
que tras cada sueño roto
una sonrisa nueva llegará.
Mientras tanto,
sigo esperando sentado en un parque,
triste, solo y desafinado.

MFV