29.2.12

Una moneda, dos caras.

Yo tan poco cuerdo, tú tan racional.
Un espejo donde me pierdo,
un romance sin final.

Yo tan derrotado, tú tan seca.
Un bosque desencantado,
una tormenta que se acerca.

Yo tan en las nubes, tú tan arraigada,
en mi mundo de ilusiones,
en mi tierra de esperanza.

Yo tan solitario, tú tan abandonada,
de sonrisas a diario,
de tu vieja armadura intacta.

Yo tan perdido, tú tan centrada,
en la casa del olvido,
descansando sobre su espalda.

Yo tan incompleto, tú tan perfecta.
Los dos bajo el mismo techo,
nos separan miles de aceras.

Yo tan en tu memoria, tú tan en mis venas.
Fui para ti una simple historia,
tú el origen de todas mis penas.

Yo tan enamorado, tú tan enamorada.
Sueño que duermes a mi lado,
cuando en tu vigilia otro es el que te acompaña.

MFV

19.2.12

Nieve


Me encanta la nieve.
Es cierto que nunca ha sido así, de pequeño la odiaba. Era fría y carente de color, me aburría. Pero cuando uno crece, su percepción sobre el mundo cambia, y eso es lo que me sucedió a mí.
La nieve me hace sentir vivo, me encanta su color blanco, puro y su textura, como se deshace entre mis dedos. Me hace ver la vida de otra manera, me ayuda a evadirme de mi existencia. Últimamente nevaba mucho en el vecindario, eso me hacía feliz y siempre que podía salía a jugar a la calle, incluso había veces que me llevaba la nieve y la guardaba en casa, nunca se sabe cuándo volverá a nevar.
Sin embargo, mi gusto por la nieve no puedo compartirlo con nadie. Los niños del bloque no se acercan a mí, creo que piensan que soy una especie de monstruo. Veo como me miran, como me miran sus madres. La misma mirada que tenía mi madre cuando me veía jugar con la nieve. Ojalá pudiera estar con mi madre…
Enrollé el billete de cinco euros y otro copo de nieve entró por mi nariz.
Feliz Navidad.

MFV

7.2.12

¿Qué quiero?

Que vuelva ya la primavera,
que el viento sople de cara.
Que se acabe ya tu lista de espera,
que tus besos me despierten por la mañana.

Que los ríos vayan a vivir al mar,
que las olas no sepan volver.
Que los ciegos vean en la soledad
lo que los videntes no quisieron ver.

Que nadie escriba nuestra historia,
que tus susurros mueran en mis labios,
que tu sonrisa sea mi única memoria,
que me vuelvan loco tus abrazos.

Que la oscuridad encuentre una linterna,
para poder mirarse en el espejo.
Que entienda que no merece la pena,
perder la luz por tenerle miedo.

Que tus ojos sean mis gafas de cerca
y tu piel el mapa de mis deseos.
Tus caricias, la violencia perfecta
para mi corazón roto por tus besos.

6.2.12

Baile de espejos

Nada es lo que parece,
ni sabemos a que se parece la Nada.
Una idea, vaga y fugaz
se aparece en nuestra mente.

Nos engaña y alimenta,
riega unos sueños que,
más pronto que tarde,
pesadillas se volverán.

Pero sigo creyendo,
los golpes se suceden.
Cada cual más rápido,
cada cual más doloroso.

Fui un loco en libertad,
un extraño entre los espejos
que no enseñan realidad,
que esconden lo verdadero.

Una cama desnuda
me abriga y me acompaña
en mis noches de locura,
en mi oscura mañana.

Mar de sombras,
olas de contrariedad.
Morfeo, ahógame, mátame.
Pero devuélveme la verdad.

MFV