18.3.17

Alma

Alma, ¿eres tú quién llora?
Miro debajo del manto
de flores, inmenso tapiz
donde descansan mis pies,
y veo ríos de lágrimas,
nubes que mis ojos ayer
sobre un cielo dibujaban.

Es mi alma, casi sin luz,
la que a mi lado hablaba.

"¿Y ahora qué? Dímelo tú.
¿Cómo pretendes que viva
los días que volarán,
las mañanas que reposan
cerca de la soledad
que acompaña mis heridas?"

Calma, descansa, no llores.
Estoy buscando y me pierdo
por los cabellos del bosque
que nos roba, inocente,
las blancas hojas del cielo.

Ya no soy más el que siente
el viento hecho de cristal,
invisible mar de tela
que ahoga nuestro andar
y desnuda la marea,
donde nadan los abrazos
que nuestra estela dejó.

Alma, tanto has derramado.
Poco más hay que sufrir
mientras este yermo páramo
prolonga el lento latir,

languidece sin pausa,

y su cadencia agoniza.