26.12.13

La triste dicotomía del provida

Tiene que ser muy difícil ser un provida, si os soy sincero. No los envidio para nada, pues en su día a día soportan demasiados dilemas morales que, sin lugar a dudas, tienen que repercutir en su salud ya que son una fuente de estrés inagotable.

Por un lado, está el lado bondadoso de los provida, un lado maravilloso lleno de luz y alegría. Son unos grandes defensores de los humanos no nacidos, de aquellos fetos que, por injusticias de la vida, son víctimas del egoísmo de sus madres y no llegan a nacer. ¿A dónde van estos cigotos? Irán al cielo, imagino, como toda persona nacida que fallece, pero también se quedan alojados en la memoria de los provida. Se insertan en su cerebro como si de un marcapasos se tratase, ya que cada cierto periodo de tiempo, estas personas sienten la necesidad de inundar las calles en la defensa de los derechos del "nasciturus".

Deberían ser un referente para la sociedad, todos deberíamos aspirar a tener unos valores morales como los que tienen los provida. Ellos se preocupan por el ser humano, tanto el no nacido como el nacido, pues también son defensores de aquellas personas que nacen con alguna discapacidad. Piensan que son seres humanos como tú y como yo, y como tal tienen derecho a tener una vida lo más normal posible. ¡Que altruismo el suyo! Ojalá hubiera muchos más provida poblando nuestro egoísta y mezquino planeta.

Sin embargo, todos sabemos que la perfección no existe y hasta los generosos provida tienen un lado oscuro, tienen un "pero" en ese amasijo de virtudes que los define. Y es que estos individuos, aunque intentan luchar contra ese lado negativo que tanto les corrompe, tienen un concepto extraño de la vida:

  • Para ellos la vida consiste en recortar las ayudas a la dependencia, para que aquellos padres que desean traer un hijo a este mundo, aún a sabiendas de que nacerá con alguna discapacidad, tengan más dificultades para cuidarlo y darle la mejor vida posible. 
  • Para un provida, una vida es aquella en la que el nacido tiene que conformarse con una sanidad mermada y privatizada, que le dará la espalda cuando enferme si su familia no tiene dinero suficiente. 
  • Un provida está a favor de una vida en la que a los padres del nacido, obreros de toda la vida, se los despida de la manera más barata posible, para que así no tengan el dinero suficiente para brindarle una vida decente a su hijo. 
  • El provida es aquel que recorta el dinero destinado a la investigación, un dinero que permitiría encontrar la cura para aquellas malformaciones que hoy en día son incompatibles para la vida o que facilitaría al nacido tener una vida lo más sana posible si nace con alguna malformación grave. 
Sin embargo, debemos dejar a un lado esta demagogia barata y posicionarnos todos del lado de los provida, ya que son el último eslabón de bondad y justicia que queda en nuestra sociedad.

MFV

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