25.6.13

Rx - V

Deja de soñar. Para, detente. Despierta de una vez y salta de la cama. Aléjate de un mundo irreal y de fantasía, de imposibles posibles y lleno de falsedad. No es donde quieres estar, no es ahí donde quieres vivir.
Sé que es duro, que abrir los ojos hace que sangres, pero tienes que sangrar. Deja que el dolor fluya, que viaje por cada nervio de tu cuerpo estremeciéndote con una descarga de agonía. Siéntelo y permite que se repita eternamente. Es insufrible, lo sé, aguanta un poco más. Dame unos minutos y entenderás a qué me refiero.
Mucho tiempo llevas escondido. Has vivido en esa cueva que llamas hogar, ese pozo de angustia y soledad, de duda ante los golpes que te ha dado la vida, las personas y tú mismo. Pero son solo golpes, los recibes y te levantas, como cuando aprendes a montar en bici. Muy tarde te has dado cuenta que no se puede vivir con ruedines.
Tan solo te he visto la espalda en estos últimos meses. Muéstrame la cara, esa versión de ti mismo en la que no huyes. Deja de correr, no te alejes de las mentiras y abrázalas, observa como su miseria te confunde y te envuelve. Abrázalas y cuando te vuelvas loco, grita. Grita hasta romper las nubes, grita porque sufres, porque te duele.
Grita porque estás vivo.

MFV

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