15.1.13

No tan solo.

El sol destapa mis tristes ojos
sumidos en una turbia manta
con olor a antiguos soplos
de tus labios sobre mi alma.

Desapegado de las sábanas,
recorro los recuerdos que dejaste
tirados bajo la almohada
junto a los sueños que abandonaste.

Y ahora, ¿dónde puedo mirar?
Si tu marcha fue un espejismo
pues a mi lado en cada paso estás
y eterna te siento en mis suspiros.

Se quedó mi armario desnudo,
sin abrigo para la nostalgia
que ha dejado en el felpudo
las fotos de nuestra vida imaginaria.

Aunque la soledad fue tu último regalo,
tuyo es el reflejo de mi mirada
que busca desesperada tu rastro
y descubrir que equivocada estabas.

Ya en la cama, dispuesto a dormir
nuestra vida en mi memoria.
Tan solo como siempre,
pero menos solo que sin ti.

MFV

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