triste o inmensamente feliz,
empieza tras el final de un cuento,
amargo o con sabor a perdiz.
La mirada pierde su claridad,
inundada por un mar de sensaciones,
ahogada por sonrisas de verdad
o aplastada por un muro de lamentaciones.
Un abrir y cerrar de ojos,
para frenar el caudal del río
que entristece los mas bellos rostros
y enseña del alma lo más prohibido.
Todo termina en un abismo eterno
dónde cada gota adquiero un sabor distinto:
sabor desolación por cada triste recuerdo,
o sabor alegría por lo bueno vivido.
MFV
empieza tras el final de un cuento,
ResponderEliminaramargo o con sabor a perdiz =)
Me encanta ^^