19.2.12

Nieve


Me encanta la nieve.
Es cierto que nunca ha sido así, de pequeño la odiaba. Era fría y carente de color, me aburría. Pero cuando uno crece, su percepción sobre el mundo cambia, y eso es lo que me sucedió a mí.
La nieve me hace sentir vivo, me encanta su color blanco, puro y su textura, como se deshace entre mis dedos. Me hace ver la vida de otra manera, me ayuda a evadirme de mi existencia. Últimamente nevaba mucho en el vecindario, eso me hacía feliz y siempre que podía salía a jugar a la calle, incluso había veces que me llevaba la nieve y la guardaba en casa, nunca se sabe cuándo volverá a nevar.
Sin embargo, mi gusto por la nieve no puedo compartirlo con nadie. Los niños del bloque no se acercan a mí, creo que piensan que soy una especie de monstruo. Veo como me miran, como me miran sus madres. La misma mirada que tenía mi madre cuando me veía jugar con la nieve. Ojalá pudiera estar con mi madre…
Enrollé el billete de cinco euros y otro copo de nieve entró por mi nariz.
Feliz Navidad.

MFV

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