5.7.11

Tiempo


Te conocí desde mi nacimiento,
sabiendo que tu cantidad es limitada.
Me enseñaron a disfrutar cada momento
y no dejar que la vida se esfumara. 

Pero pronto supe que eras mi enemigo,
el punto y final de cada historia.
Un miedo del que huyo y al que sigo,
la pesadilla eterna de mi memoria. 

Me hablaron de tu larga existencia,
de tus codiciados favores. 
Yo descubrí tu malvada indiferencia
y tus deseos mediocres. 

Nunca curan tus profundas heridas,
infligidas por el peso de tu arena,
que clavan tus afiladas manecillas
alargando el dolor creado por la pena.

Te llevaste las tardes en los bancos,
las miradas borrosas en la noche.
Me robaste miles de abrazos
y los cristales empañados en el coche. 

Tiempo, nos ahogas con tu fugaz viaje. 
Me matas con cada segundo
que me arrebatas sin preguntarme.

MFV

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