¿Qué le faltaba al silencio del viento,
al abrazo del mar sobre la roca,
a la huella sobre la arena del camino
recorrido abrazado a la soledad?
¿Qué acompañaba sin saberlo a cada suspiro,
a cada mirada que busca en un cruce
un accidente que el corazón detenga,
a cada lágrima al vacío regalada?
¿Qué sostenía el hilo de mi respiración,
el latido que suponía la cadencia
que poco a poco,
callando y en silencio,
me acercaba inexorable al mañana?
Eras tú poesía, eras tú
en cuerpo de mujer convertida.
Esperando paciente cada amanecer
tras la luz del sol,
que llega al morir la noche
y al nacer la vida.
MFV
Había escrito un mini- comentario acerca de lo grato que ha sido hoy descubrir tu blog, lo que escribes y cómo lo escribes... Como esas pequeñas cosas que le añaden emoción e interés a los días inesperadamente.
ResponderEliminarIgual de inesperado ha sido darme cuenta de que, o no he enviado bien el comentario, o está pendiente de aprobación. Así pues, no me repito. Seguiré leyendo las demás cosas que tienes publicadas por aquí y estaré a la espera de las nuevas ;)
Sara